Entonces ella penso que estaria bien que alguien se ocupara de sus cosas, de su felicidad.
Creyo que el amor consistia en eso, en tener a alguien que velara por ella que cuidara todas sus necesidades.
¿Acaso no habia sido asi con sus padres? ¿No
habia estado su padre siempre atento a las nacesidades de su madre?
Bien es cierto que su madre no se lo agradecia y siempre le tiraba en
cara la historia esa, con la camarera del club donde acudia algunas
noches.
Es mas, incluso habia sido asi para su
abuela, tanto es asi que no le importo acoger como hijo al niño que tuvo
Manolita, aquella chica del pueblo que vino a vivir con ellos para
ayudar en la casa, cierto que una noche vio al abuelo salir de su
habitacion pero ella era una señora y no se metia en los asuntos de su
marido, pues él velaba por su felicidad, asi que cuando le dijo que
adoptarian al niño no tuvo nada que decir en contra
Asi que acogio con ilusion la propuesta de
él de hacerla su esposa, a pesar de que hera unos años mayor que ella y
aunque tenia una presencia agradable no era tan guapo como el chico de
la tienda de la esquina, aquel que se sonrrojaba cuando ella trataba de
esplicar lo que queria comprar mientras le temblaban las piernas.
En pocos meses terminaron los preparativos y
disfrutaron de una bonita boda que como es natural se encargo él de
preparar, a ella le huviera gustado que las damas de honor fueran sus
amigas, pero él escogio a sus primas del pueblo como damas, tambien le
huviera gustado una fiesta con musica mas alegre, pero no pudo ser
puesto que él hera viudo y no le parecia correcto.
El viage de bodas duro pocos dias, ya que él
se debia a su trabajo, cinco dias en casa de su cuñada que vivia en un
precioso pueblo de pescadores.
Así pronto se encontró ocupándose de los que
haceres propios del hogar, cuidando cada detalle tal como le habían
aconsejado su madre y su abuela, durante el día limpiaba, planchaba,
cocinaba y esperaba…
Al principio él solía llegar al anochecer,
después de un duro día de trabajo en su negocio, cenaban y se acostaban
temprano, así fue durante el primer año, después algunas noches llegaba
mas tarde ya cenado y ella que se había quedado esperando con la mesa
puesta y sin cenar entonces se acostaba a su lado tratando de no
molestarle.
De tanta soledad un día le dio por pensar si
eso seria realmente la felicidad, ciertamente él ganaba el dinero
suficiente para comprarle de vez en cuando un vestido y para pagar todos
los gastos de la casa, que ella no tenia ni idea de cuales eran pues él
como le había prometido se ocupaba de todo, aun así ella se sentía
inquieta veía a otras mujeres que aun sin tener a nadie que velara por
ellas se las veía felices, trabajaban y disponían de su tiempo y su
dinero.
Un día llegando a casa se encontró con la
nueva vecina, ya le habían hablado de ella, una mujer poco recomendable
según la opinión de su marido.
A ella le pareció una de esas mujeres que
vivían felices, se la veía sincera, alegre, contenta consigo misma, aun
sin tener a nadie que la hiciera feliz, en realidad parecía que no
necesitara nada de eso
En poco tiempo se hicieron amigas, descubrió
que una mujer puede hacer cosas que antes nunca había echo, cosas que
su madre y su marido desaprovarian, como ir al cine solas o charlar con
los jóvenes que acudían a las clases de baile, ella también empezó a
bailar aunque prefirio no decírselo a nadie
Se dio cuenta de que podía también encontrar
un trabajo, aunque le daba terror decírselo a su marido, últimamente se
había vuelto algo agresivo y esto seguro que no le gustaría, después de
todo él llevaba años cuidando de ella y haciéndola feliz, ahora se
podía sentir despreciado.
Aun así se arriesgo y acepto un trabajo a
media jornada, total él no se enteraría, cuando llegara a casa todo
estaría como siempre y así ella tendría dinero propio para algunas
cosillas que le gustaría comprar y hacer.
Poco a poco se fue dando cuenta de que ya no
sentía esa inquietud que la atormentaba al principio, se dio cuenta de
que ella se hacia feliz a si misma por eso cuando descubrió que su
marido tenia una amante no le importo, le contó que ya no necesitaba que
cuidara de ella ni que la hiciera feliz y se marcho a vivir, dando un
portazo que resonó en toda la escalera.
Pilar
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