viernes, 17 de enero de 2014

Sentirse culpable

Que fácil es sentirnos culpables.
Por cualquier cosa, lo que comemos, lo que decimos, lo que no hacemos, a donde no vamos, en fin, hay infinidad de cosas por las que nos han enseñado a sentirnos culpables, incluso nos sentimos culpables por no sentirnos culpables.
Pero en realidad ¿que es la culpa? Solo una manifestación mas del ego, al sentirnos culpables nos estamos otorgando un titulo, una etiqueta “yo soy culpable”.
En realidad no hay motivos para adoptar esta etiqueta ya que las cosas que hacemos o dejamos de hacer siempre son elegidas, puedes lamentar una elección equivocada, naturalmente, pero no es necesario sentirte culpable, vasta con enmendar el error.
Claro, hay veces en que ya no tiene remedio, la solución en ese caso es mucho mas fácil, tomar responsabilidad, hacerse cargo de las consecuencias e intentar no repetir el error. Solo eso.
¿A que nos conduce cargar con la culpa? En primer lugar a sentirnos protagonistas, el centro de las miradas o los odios ajenos, la gente nos señalara “el tiene la culpa”, seremos alguien.
En segundo lugar cuando nos quedamos instalados en el papel de culpable, incapaces de de superar el error y aprender la lección, se crea en nosotros la necesidad de castigarnos y ¿como nos castigamos? Con enfermedades físicas o mentales principalmente, pero también con otra clase de tragedias que “bien merecidas las tenemos por ser culpables”.
Naturalmente no me refiero a pasar por alto a quien incumple las leyes, se llama culpable a quien ha sido juzgado y condenado por un delito, al margen de si se siente o no, culpable.
Tampoco me estoy refiriendo aquí a la ley de causa y efecto, esta claro que todos nuestros actos tienen consecuencias nos sintamos culpables o no.
En realidad la culpa no es un sentimiento, es algo aprendido, cuando creemos que no hemos actuado correctamente según las normas mas o menos establecidas, surge en nosotros una especie de “molestia” algo que nos hace ver que hemos cometido un error. Esto puede variar mucho de una cultura a otra, por tanto, no es un sentimiento real es una forma de aceptar la reprimenda interna por haber actuado erróneamente.
Cargar toda una vida con las culpas de lo que pudo haber sido y no fue no es bueno ni para nuestra salud ni para nuestra evolución.
Pilar.

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