¿Sabe señor mio? Yo le haría un
hombre casado.
Le obligaría a comer los platos que
cocinaría solo para usted, así como a dormir pegadito a mi espalda,
con su brazo rodeando mi pecho.
Seria, usted, depositario de todos mis
besos y abrazos, miradas y sonrisas, que usted debería atesorar por
si algún día muero en el intento
Estaría obligado a escuchar mi
silencio cuando usted, señor mio, no tuviera ganas de hablar.
Su obligación seria transitar sus
caminos habituales después de que yo los hubiera barrido y fregado
para usted, así como visitar caminos nuevos inventados por mi, para
explorar nuevas vidas no estrenadas.
Le instaría a buscar su felicidad, esa
que perdió un día y que jamas volvió a buscar por creer que había
dejado de existir
Yo, señor mio, le haría un hombre
casado y le obligaría a compartir las sombras que pueblan las noches
de insomnio.
Yo, señor, le impondría mis cuidados
en la salud como en la enfermedad e impondría mi presencia en sus
pensamientos
Señor, yo le haría un hombre casado,
si usted tuviera a bien abrirme su corazón y dejarme ver esos
sentimientos que guarda bajo llave, por miedo a que se le rompan, yo,
señor, rompería el miedo y pintaría su vida de luz y alegría
Yo le haría un hombre casado, saliendo
de la clandestinidad en la que vivo para abolir la soledad y decirle
al mundo que este hombre da sentido nuevo a mi vida
Pilar
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