sábado, 25 de enero de 2014

Lección de vida

El día que cumplí cincuenta años, aprendí una de las lecciones más importantes de esta vida
Sucedió que quise celebrar el evento con mis hermanas y mis mejores amigas…
Las invite a cenar y luego un poco de baile… lo pasaríamos bien
Pues bien… todas pusieron escusas para no venir, escusas de esas que suenan falsas o que se dan a alguien que no te importa
Todas menos una… ella me dio la escusa mas absurda de todas, a saber:
tal día como aquel ella, cada año hacia caldo y se levantaba temprano, por tanto no podía salir la noche anterior… tal como suena
Solo confirmo su asistencia mi hermana pequeña…
Durante todo el día no recibí ni un mensaje de felicitación… ni una llamada ni de mi hermana ni de mi mejor amiga
Solo de la que estaba haciendo el caldo…
No lo podía creer… no se acordaban de que era mi cumpleaños… ellas, mis mejores amigas,
amigas de muchas confidencias y muchos malos tragos… no podía ser
Y sin embargo así era… a las diez de la noche nadie me había felicitado
Eso era un hecho palpable y concreto… ni una llamada
Llegado el momento y ya que solo seriamos tres, mi hermana, su amiga y yo, quedamos para cenar en un sitio baratito
Cuando nos acercábamos al lugar mi hermana comento que podíamos ir a un lugar mas lujoso… bien vamos
Y cual fue mi sorpresa al ver que estaban todas allí… todas menos la del caldo, claro
La cena transcurrió estupendamente con sus regalos, pastel, baile, besos y abrazos por lo cual les estoy agradecida a todas, naturalmente
Pero he aquí la segunda parte… la lección
1-las apariencias engañan
Era cierto… una evidencia clara, palpable… no me felicitaron en todo el día yo lo podía demostrar ante cualquier tribunal… y sin embargo estuvieron pendientes de mi… llamándose entre ellas. Preparando la sorpresa
2- la gente tiene razones que los demás no entienden… que incluso a los demás les pueden parecer absurdas… como hacer caldo ese día precisamente…
Sin embargo para ella era una razón absolutamente lógica y valida
3- la intuición nunca falla… porque yo intuía que no podía ser que no se acordaran de mí
He aquí tres cosas que tenia que aprender… tres cosas que a partir de entonces tengo muy en cuenta a la hora de tomar un camino… una decisión
Porque yo SE que las cosas no siempre son lo que parecen… y SE que las razones de cada cual son sus razones… perfectamente buenas para él o ella
También SE que cuando mi vocecita interior me dice “estas en el camino” es porque lo estoy…
Si no, me diría “te estas equivocando”, ahora estoy segura
Ventajas de tener cincuenta años

Pilar

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